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8 julio, 2024

Un especialista analiza el impacto del ausentismo en las elecciones: «Hay desconfianza, desinterés y desencanto»


Lo dijo el politólogo Lucas Romero, director de la consultora Synopsis.

24/07/2023 19:33

Clarín.com Política Actualizado al 24/07/2023 19:33

A pedido de Clarín, el politólogo Lucas Romero, director de la consultora Synopsis analizó el fenómenos del ausentismo en las elecciones de este año. Como anticipó este lunes Clarín, en los comicios provinciales previos a las PASO nacionales, no fueron a votar cerca de 5 millones de electores.

Esta es la columna que escribió Romero, titulada «Los riesgos de la desafección política»:

«Los síntomas vienen siendo notorios y persistentes. No solo tuvimos en 2021 la elección nacional con más baja participación desde 1983 a la actualidad, sino que también hemos observado una caída en los niveles de participación electoral en todas las elecciones provinciales de este año. En promedio estas elecciones registran 5 puntos porcentuales menos de participación que los observados en 2019.

Si fuéramos a un médico de democracias a consultar por este creciente nivel de ausentismo electoral, el diagnóstico sería claro: se evidencian síntomas de apatía cívica y desafección política, motivados por un cuadro de crisis económica profunda y persistente que viene afectando la calidad de vida de la gente.

La desafección política es un suerte de estado de desconfianza, desinterés o desencanto por parte de los ciudadanos hacia el sistema político, la política o los representantes gubernamentales en una democracia. Se caracteriza por una disminución en la participación cívica, por una apatía hacia las elecciones, y por la falta de involucramiento en los asuntos públicos. Una suerte de desconexión entre los ciudadanos y el proceso político debido a la persistente falta de respuestas de los líderes a los problemas cotidianos de la gente.

Esa falta persistente de respuestas del sistema político a las demandas ciudadanas generan una reacción, que no siempre se traduce en desafección, sino que a veces se traduce en enojo, como ocurrió en Argentina en 2001.

En aquel entonces, tuvimos dos fenómenos concurrentes: un alto nivel de ausentismo, pero también un alto nivel de voto bronca. En las elecciones legislativas de octubre de 2001 solo emitió su voto por un partido político el 57% de los empadronados, un 8% votó en blanco, un 10% impugnó su voto y el 25% directamente no fue a votar.

¿Este ausentismo puede jugar un rol en las elecciones nacionales? Está claro que se trata de un electorado enojado con la situación, que podría votar oposición. Pero contraintuitivamente no pareciera ser un voto perdido por la oposición sino por el oficialismo.

Hay bastante evidencia para sostener que gran parte del ausentismo que se registró en 2021 explicó buena parte de la pérdida de casi el 40% de votos que sufrió el Frente de Todos en esa elección en relación a lo recogido en 2019. El riesgo para el oficialismo es que ese fenómeno de desencanto en su propio electorado persista, y lo vuelva a dejar sin la competitividad necesaria para estar en condiciones de disputar la elección presidencial».

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